jueves, 28 de mayo de 2009

Jueves de Terror

Hoy tuve la oportunidad de conocer en vivo un arma, un revolver si no me equivoco, no el arma comun gris/negra semi automática que normalmente se ve en las películas, esta era mas bien plateada, exageradamente larga diría yo y debe ser, asumo, mas pesada que la regular.
Me imagino, ahora que puedo imaginármelo, que ha sido elegida de esa manera, justamente para impresionar, y es buena para su objetivo.

El como nos presentaron, no fue el mas grato encuentro, al menos, no para mi, el arma, puede guardarse su opinión, y también, quien la portaba.

Hoy, como me pasa los últimos días, desperté tarde, con los ojos hinchados y murmurando algo sobre la gripe que no me termina de alcanzar pero que hace intentos desesperados. Tome un baño ligero y me aliste para ir a trabajar. Ya era bastante tarde y tuve que decidir entre salir con o sin desayuno de mi casa… mi estomago gano la partida y me tarde un poco mas, con lo que reafirmaba el pronostico del día: taxi.

Salí de mi casa a tiempo para saludar a mis vecinos, quienes se embarcaban en su auto y yo me dirigí a la avenida cercana donde normalmente busco transporte. Por experiencia y precaución, normalmente no detengo ningún taxi cerca de mi casa, eso también se cumple al retorno, siempre pido que me dejen a media cuadra.

El caso es que, al salir camine aproximadamente media cuadra, y voltee a observar como otro de mis vecinos le pasaba la voz a un taxi que iba por la avenida pero en dirección contraria. El taxi dio la vuelta y algo consulto con el pero aparentemente no resolvieron nada puesto que no subieron a bordo. Cuando volví a mirar este había sobreparado un poco esperando que yo lo llamara. Como era Tico, no estaba en mi lista, pero por amabilidad le dije ‘no gracias, voy para San Isidro’, el miro al frente como pensando y ante sus duda le dije ‘si, no se preocupe’ y seguí mi camino.
Cuando llegue al final de la cuadra volvió a sobreparar, y me dijo ‘pero cuanto pagas?’ me acerque ya que no le había entendido bien pero ya era obvio para mi que no iba a tomarlo, en primer lugar porque era un Tico, el conductor, debía tener entre 22 y 28, tez trigueña (o bronceada), ojos grandes y negros, cejas regularmente pobladas, delgado, de cabello ondulado, corto, pero no ordenado, nariz recta, con el rostro un poco maltratado por lo que parecía una mala adolescencia, pero no me detuve a analizarlo porque realmente no tenia intenciones de tomarlo pero quería que continuara su camino. Me volvió a preguntar, ¿Cuánto pagas? ‘no te preocupes’ le insistí ‘si no sabes cuanto, es mejor que no vayas’ lo mas amable posible, y en ese momento le pregunte ‘que hora sera?’ como indicador de que a esa hora ya me tenia que ir, pensé que buscaba su reloj cuando se inclino sobre su asiento y saco algo.
En adelante los segundos pasaron como aviso de Interbank ‘solo basta un minuto’, recuerdo verla brillante y exageradamente larga, plateada con algunos toques carmesí, no era nueva, definitivamente, pero lo suficientemente real para darme la sensación de que alguien abría un potente congelador justo detrás de mi.

Dame toda tu plata y tu celular, RAPIDO!! dijo lenta pero
firmemente inclinadose para estar mas cerca de la ventana. - Dame la
plata y el celular, RAPIDO!! La plata y el celular, APURATE!!.

No reaccioné, lo mire probablemente fijamente durante unos segundos mientras mi cerebro analizaba la situación. Mis manos se dirigieron hacia mi maleta pero por algún movimiento involuntario se detuvieron ante su nueva insistencia.

RAPIDO!!

‘No te pases!’ le dije con una mueca de confusión y encogiendo los hombros, mis ojos se dirigieron hacia el frente en busca de apoyo ‘Serenazgo esta pasando al frente!’ dije señalándole la otra avenida.
El arma desapareció ante mis ojos mientras comenzaba a sonreírme tontamente.
‘Es una broma’ dijo en un tono muy distinto y volviendo a tomar el volante ‘yo vivo aquí a la vuelta’

No le pude responder, voltee la mirada y camine en sentido opuesto. Entonces un ‘sí claro, a la vuelta’ recién asomó.
Debí voltear y mirar la placa pero no tuve valor. Caminé unos pasos pensando si volver a mi casa y esperar, o solo seguir mi camino. No quería caminar hacia donde el taxi se había dirigido pero parecía ser el único sentido razonable.
Un taxi apareció enseguida, era un señor mayor con lentes que probablemente vio mi expresión (luego me diría que no hacia esa ruta, pero que se lo había preguntado de tal manera que le fue imposible decirme que no) y lo tomé. Enseguida le comente lo sucedido y me dijo que podíamos seguirlo y apuntar la placa del auto, pero ya se había perdido de vista. Pero si me dio el sentido de responsabilidad, de denunciarlo, porque, lo que no me había pasado a mi, le pasaría a alguien mas, tristemente…

Entonces pude sonreír primero, reírme después, contándoselo a mis compañeros de trabajo, mientras ellos bromeaban, que, finalmente, yo había sido quien había lo asustado, porque, por si no lo habían descubierto, esa patrulla de serenazgo, nunca existió.

Como digo, nuestro sub funciona de una manera milagrosa, y de una manera que estoy agradecida, ni mas decir que no es solo a mi sub, pero no hablaré de ese tema aquí. Así que le perdono no tener mejor forma de reaccionar ante otros sustos (que no presentan mas daño que a mi autoestima) cuando son maravillosos ante el peligro real.

Lo curioso es que no tenia en mi maleta mas de S/.30 soles que solo me alcanzarían para el taxi y el almuerzo del día, además, mi celular esta próximo a ser renovado ya que sufre ya los achaques de la edad. Pero el hecho de abrir mi maletín, y acercarme a el para entregárselo, creo que significaba bajar la guardia y eso fue lo que hizo que reaccionara como lo hice. Además, probablemente el ver que ninguna de las dos cosas tenia mucho valor, hubiera prolongado mi exposición a ese pesado trozo de metal y mas aun, hacia su compañero. Sea lo que sea, que tuviera que hacer, pensé, no debía acercarme ni un centímetro mas. Dentro del taxi, otra hubiera sido la historia.

I promise, no more taxis, al menos no mas de lo que están registrados en mi celular…I promise I promise.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Martes: Día del Asustador

Acción, suspenso, terror, comedia..todo en una sola función.

El día comenzó con un sobresalto cuando el taxi que tomé en la mañana me dió ‘mala espina’, ya que desvío camino dos veces, la primera vez resulto ser la ruta hacia un grifo, y la otra, un cambio de opinión… pero desconfiada en estos casos, por su actitud, difícil de describir para un servicio de taxi. Pero confirmando con mi amiga mi situación vía celular y manteniéndome comunicada, poco a poco me di cuenta que este joven tenia la actitud de un frijol saltarín, y entre sus lemas estaba uno muy parecido al de cierta ex rubia congresista que pintaba su número de candidata.. iii no mejor ni mencionarlo, pero ya saben a quien me refiero. Resuelto esto y obviando la pregunta de ‘con quien conversaba’ me sentía parte de una bizarra versión de ‘Paseando a Miss Daisy’ donde mi Morgan Freeman, con un serio problema de hiperactividad, se había encargado un par de ‘happy pills’…además de tomarse demasiado a pecho los consejos del libro ‘Habla!’ (o sería que solo leyo la portada?)
Hablando de libros, un vendedor ambulante de estos, se acerco ya que el inocente Morgan leyó muy interesado el titulo de uno de los que tenia en exhibición ‘Memorias de una dama de compañía’ si no me equivoco. Me dio algo de risa un titulo así, y él se distrajo divagando al respecto (siempre en voz alta) mientras esperábamos que la luz del semáforo cambiara. En ese momento, volví a buscar mi celular puesto que ya casi llegaba a mi destino cuando escuche un ‘NOO!!’ que me sobresalto ‘no irás a comprarlo no???’ me dijo con una expresión, mezcla de sorpresa y reproche. ‘No’ respondí simplemente mostrándole que lo que buscaba era mi celular y no mi billetera, y dándole, de paso, tiempo para que recobrara el aliento (poniéndose la mano en el pecho para tranquilizarse solito).

Llegada la noche, intentaba alcanzar la ultima función del cine en el día del espectador, cuando me di cuenta que saldría demasiado tarde para llegar a una hora prudente a mi casa (o llegar), por lo que preferí, ganar puntos con mi conciencia de paso y quedarme a trabajar..
Como ya he comentado (y aun estando por escrito, no aprendo) el bus que pasa cada hora cerca de la oficina, llega en aproximadamente 1 hora a mi casa, bueno, a unas 3 cuadras, es el mismo donde siempre presencio unos de esos eventos delincuenciales (y a veces soy protagonista). Pero es tentador tomar este bus cuando ya es cerca de la 11 de la noche y la idea de hacer trasbordo no me entusiasma para nada.
Así es que ayer, a falta de cine, subí en el bus, y estando este prácticamente vacío, elegí sentarme en un aparentemente cómodo asiento, el primero de la fila doble, justo detrás de otro individual, por algún motivo, pensé que me protegería un poco mas de los eventuales vientos y además, estaba mas cerca de la puerta de bajada. Acomode bien mis audífonos y vine escuchando repetidamente ‘Violet Hill’ intentando descifrar si decía ‘won’t you let me know’ o ‘why’d you let me go’ cuando finalmente creo que menciona ambos… además de eso, saqué mi libretita de notas para hacer algunos apuntes pero solo llegue a ‘grabar Robin Hood el sabado’. así, divagó mi mente por mas de media hora, cuando, algo llamo mi atención… eran dos jóvenes que subieron, uno de ellos de polera blanca y gorrita, llevaba colgado al cuello algo brillante que llamó mi atención, por un momento pensé que era el inspector de boletos y ya me disponía a buscar el mío, pero no era eso lo que llevaba al cuello, cuando se dió cuenta que lo miraba, cubrió el objeto con la mano y se sentó a mi lado.
De todos los asientos disponible: a mi lado, pensé por un momento que era por lo comodidad que normalmente buscan los chicos que no acostumbran cruzar las piernas…

‘Clearly i remember...’


El otro joven terminó después de no se cuantos minutos de pagar su pasaje (al conductor al momento de subir) y se sentó cerca de la subida, pero tras darle varias miradas a su compañero, decidió acompañarnos. Fue en ese momento que me di cuenta, que no eran los movimientos del carro los que lo obligaban a caminar como si acabara de salir de una licuadora… no fue ni la casaca de jean mal puesta ni el cabello despeinado…
Se sentó delante de mí y creo que sutilmente intente descifrar si estaba ebrio, pero no, cuando dio la vuelta para hablar con su amigo y me miro, creí ver al conductor del bus escolar de Bart Simpson. Luego me miró, o intentó enfocarme, y comenzó a hablar de la hora y me pregunto por ella. Miré mi reloj y en ese momento agradecí enormemente haberme caído aparatosamente años atrás raspando la mica hasta convertirlo en la versión ‘fantasma de la opera’ de los relojes.
Antes de contestarle me di cuenta que tenia los audífonos puestos pero bastante bien camuflados, pense que lo mejor seria no quitármelos, así que lo mas firme que pude le dije la hora, pero creo que un poquito se la grite…(intenten eso sin bajarle el volumen al ipod).
Me agradeció y volvió a conversar con su amigo, volteando a mirarme cada dos minutos (o solo seria un tic), a lo que yo seguía escribiendo, manteniendo mi actitud de lo mas ‘cool’, y en ese momento, lo único que pensaba, era que no había de que preocuparse, pondría mi cara de ‘adorable pobre inocente que no lleva mas que su pasaje’ y al menos podría probar mi técnica de gritos y desorientar (mas) a uno de ellos…especialmente cuando entres sus balbuceos escuche algo ‘uno es choro, lo miran mal’. Es más, creo que hasta le sonreí como reflejo, eso combinado con mis antejos, y el volumen de mi reporte de la hora podían haberse traducido en la trastornada visión de su entorno como el de una viejita sorda. En esos momentos mi libreta registraba entre otras lineas sin sentido, la incoherente frase 'al final, no interesa mucho, ya me conoces'.
Su amigo comenzó a preguntarle donde se iban a bajar… lo que quedaba de la ruta era mas o menos de temer y de hecho estaban haciendo batidas en San Martin de Porres (ruta del bus) por lo que se veían varias patrullas en el camino, algo que indica que tan peligroso es el lugar, aunque no me asusto tanto como lo que escuche (mientras Coldplay hacia un interludio) ‘si te bajas allí te van a agarrar’, algo inteligible le contestó el despeinado, para luego decirle que mejor mas allá…

‘ from the windows they were watching..’


En ese momento comencé a mirar por la ventana practicando mi personificación de ‘adorable semi desorientada que no lleva mas que su pasaje’, guarde mi libretita y aparente estar interesada en ubicar donde estaríamos… mi estrategia era acercarme al conductor y preguntarle algo así como ‘que niebla no?’ y sentarme cerca de el.
Pero antes que pudiera poner en acción mi plan, quien llevaba la gorrita sujetó a su amigo por la casaca y lo obligó a pararse y se acercaron al conductor para exigirle que los dejara bajar. El conductor, que realmente si debía ser ciego, solo se detuvo en el paradero (‘porque para eso están los paraderos’) y los dejo bajar…
Recién entonces me sentí un vacío en el estomago, y algo muy parecido a la taquicardia, pero finalmente, todo estaba bien, y me pregunte entonces porque no tengo una actitud tan cool en otras situaciones. Mi sub (como ahora llamo a subconsciente) parece diferenciar por otros parámetros lo realmente peligroso de lo simplemente patético.
No me voy a quejar… tanto.
Respirando aliviada, llegue a mi paradero, para descubrir que estaba más desierto que anticucheria en festival vegetariano. No perritos paseando a/con sus dueños, no chicos conversando en las esquinas, no vecinas ‘compartiendo’ información en las puertas, no sandwichs al paso... no nada.

‘Was a long and dark…’


Esas tres cuadras en medio de la niebla se me antojaron a las descritas por las últimas personas que vieron a Jack el destripador (y no vivieron para contarlo, si, si, es una paradoja), preferí esperar un taxi y atravesarlas al vuelo.

La tranquilidad me la brindaba la patrulla de serenazgo que dió dos vueltas por la avenida. Pero, cuando acababa de perderse de vista, un ruido me alertó... era una camioneta cuatro por cuatro, de lunas polarizadas que se estaciono frente a una licorería abierta en la urbanizacion proxima y uno de los ocupantes bajó y comenzó a forcejear la entrada sin importarte el escándalo que provocaba. Cool como siempre, mirá para otro lado y me paré junto a un señor que parecía no tener mas remedio que esperar allí, pero si tenia, porque enseguida cruzó la pista. :P
En ese momento apareció el tan esperado taxi y una vez en camino, escuche a la camioneta derrapando a toda velocidad en dirección contraria.

Eso sucedió ayer martes, el viernes pasado había presenciado un frustrado intento de robo con persecución de autos incluida y arresto casi inmediato ('presenciado' guarecida en la entrada del restaurant más cercano). Tuvieron la ‘mala suerte’ de quedar atascados en el tráfico que provocaba un camión que se incendiaba a menos de tres metros del lugar…nunca vi tantas patrullas llegar tan rápido (en S.M.P por supuesto)

‘…there was snow, white snow....’

(o humedad, en este caso)

Conclusión: he de congelarme en el paradero, he de esperar dos carros o mas, he de ser aplastada, maltratada y/o despeinada… pero he de llegar a mi casa sana y salva… bueno, salva, porque la ultima vez que viaje así, mi rodilla permaneció tanto tiempo en una posición tan extraña que al comenzar a caminar esa pierna iba en dirección contraria...

‘ If you love me, will you let me go???’

jueves, 7 de mayo de 2009

Confesiones Nealfs

A todo esto, estoy asumiendo que solo Uds. (saben de quienes hablo) están leyendo la lista de tonterías que escribo. No me imagino que imagen estaré pintando para alguien que lee todo esto sin conocerme (no es que vaya a cambiar drásticamente de panorama)

Déjenme ver: Me tropiezo cada dos cuadras, suelo ponerme ropa al revés (solo una vez!!!!), nadie parece entender lo que quiero decir la mayor parte del tiempo (sea en ingles o en español) voy al cine sola, reniego de los niños, reniego de los jefes, reniego de los padres y especialmente del transporte publico, además, tengo una grave adicción a la Coca Cola (que incluye mojarme en ella), reviso mi presupuesto antes de comprar una galleta, y para completar el cuadro…tengo una extraña fijación con los taxis.
Bueno, viéndolo así, y si, querido amigo lector, estas leyendo este post, quiero confesarte algo: todo esto en realidad le pasó a la amiga de la prima del segundo esposo de la tía abuela (política) de mi mama (por su lado paterno).
Así que, por caridad, hacia ella claro, no se lo digas a nadie.

Por qué (no) ir al cine (sola)

Cualquier combinación es válida.

Después de aproximadamente un año, este martes se dieron todas las condiciones optimas para, finalmente, disfrutar de una película en pantalla gigante.
Veamos: mi mama acababa de salir de viaje por unos días, y coincidentemente me encontraba en Plaza San Miguel intentando hacer algunas compras muy específicas.
Todas las cajas, todas, estaban repletas y no me explicaba por qué (no era fin de mes, ni quincena, ni viernes, ni hay feriados próximos, o si?), así que, decidí que lo mío podía esperar. Me disponía a regresar a mi casa, cuando recordé que también el tráfico estaba imposible.
Pensé que podía esperar a que se disipara y poco, y de paso, distraerme mirando libros (no leyendo, solo mirando las portadas). Pero al llegar a la librería, esta resultó estar cerrada, horas después me di cuenta que solamente se había mudado al frente, pero en ese momento fue una excusa perfecta para ver que pasaba en el cine: Día del Espectador. :D
Para ser honesta, no habían muchas películas que llamaran mi atención, descartando las comedias ligeras y de terror (horror) solo quedaban tres dignas de ver (según mi opinión). Una había comenzado hacia 10 minutos, y la que intentaba alcanzar era ‘El Premio’, mi segunda opción era ‘X-Men Origins: Wolverine’, ordenas por hora de inicio.
Los martes siempre hay bastante gente en la taquilla, y yo, imprudentemente (ya sabrán por qué) elegí la fila de en medio. Cuando finalmente llegue a la ventanilla, lo primero que pregunte fue si aun podía entrar a ver ‘El Premio’, la chica que atendía revisó su pantalla, y lamentablemente confirmó que las entradas estaban agotadas. Entonces, le pedí una entrada para X-Men, entregándole el dinero. Ella lo miro, me miro, y, como si le hubiera dicho algo increíble, alzo la voz para preguntarme, con todo el gesto de sorpresa dibujado en el rostro UNO????. En ese momento le deseé lo peor al inventor de los pequeños parlantes de la ventanilla. Entrecerré los ojos y con el rostro mas amable que pude, le indique nuevamente la cantidad pero utilizando uno de mis dedos (cualquiera hubiera servido en estos casos, nadie me hubiera culpado). ‘Oh’ dijo entonces sencillamente.
En ese momento, mi lado paranoico pensó, que todo el mundo ya se había enterado del hecho, y en ese momento note, que probablemente yo era la única valiente que se atrevía a tal hazaña. Había unos cuantos solitarios, pero estaban pegados al teléfono seguramente en espera de no continuar de la misma manera.
Aun tenia 20 minutos libres, así que subí a comprar algo para entretenerme, tampoco probaba popcorn desde hacia tiempo (excusas excusas). Increíblemente en la fila solo había 5 personas, así que me coloqué pensando que me saldría pronto de allí. Sin embargo había otra fila que ocupaba la mitad del mostrador de atención. Me di cuenta entonces, que, al mas puro estilo de helados McDonalds, había una fila ‘Haga su pedido aquí’ y otra ‘Recoja aquí’. La que era para recoger debía tener fácilmente algo de 25 personas….podía pasármela sin popcorn.
Siguiente: la fila de espera. Aquí si era notoria la falta de compañía, casi todos en la fila iban solos, cosa que ya me iba pareciendo extraño, pero, al pasar los minutos, se les fueron adhiriendo combos de popcorn y gaseosa, con acompañante(s) incluido(s). El peor momento fue cuando la pareja que estaba delante de mi, en su abstracción del mundo externo, no notaba que la fila había avanzado y la restante (detrás de mi) comenzó a resentirlo. Me tocaron a mí sin embargo, las miradas de reproche, ya que era obvio que debía traerlos de regreso al mundo real. Definitivamente, no me agradecieron la aclarada de garganta y los susurros de ‘ehh, la fila’, ‘la fila, la fila’, y finalmente el dedito acusador al que si hicieron caso (mamás, por favor enseñen eso a sus niños), es mas, creo que con la mirada la chica me dijo ‘envidiosa’ (créame: No)
Aun con 10 minutos por matar, encontré un buen lugar casi en medio de las butacas (punto a favor para quienes vamos solos, es mas fácil encontrar un buen lugar). A mi lado izquierdo había un grupo de chicos y chicas, así que deje un asiento libre en medio por si aparecía alguien más. A mi lado izquierdo se sentó una pareja más. Enseguida uno de los chicos recordó que debía salir a recoger su pedido, porque inteligentemente había esperado que se disipara un poco la multitud (punto para quienes van en grupo y pueden encargar sus asientos). Por cierto que luego note que había una familia, en la fila de pedidos, donde la matriarca, hacia fila para el pedido, uno de sus hijos estaba en la fila de recojo y el padre, en la fila de entrada, a eso llamo yo, trabajar en equipo (por supuesto la madre dirigía toda la operación).
Con mi casi compañero de butaca ausente, y las luces tenues, difícilmente se notaba la pequeña maleta que habían puesto en su lugar, así que, pasé los últimos 10 minutos respondiendo a todas las parejas que llegaron a preguntarme ‘están libres esos asientos?’: ‘Este (señalando el siguiente al mío) . Ese (señalando el próximo) No’. Ahora que lo pienso, creí que era importante especificar había al menos uno disponible como señal de confraternidad para los rebeldes como yo… pero al parecer, no abundamos.
Por un momento me puse en el lugar de quienes se acercaban, que significaba eso? La pareja de mi derecha obviamente no tenia que ver nada conmigo, entonces, probablemente yo debia ser la chaperona.
Es interesante ver, como nos comportamos en estas situaciones, recuerdo que cuando era niña, algún valiente padre se ofrecía a llevarnos al cine, de vez en cuando, el resultado eran niñas con chicle en el cabello y niños cubiertos con popcorn (y algunos rellenos de). Años después, no ha cambiado mucho la situación (excepto por el chicle).
Pero definitivamente vale la pena, sea para pasar el rato con amigos, o, como en mi caso, para disfrutar de una buena película.
Por un momento pensé que, con el paso de los años, esta costumbre se volvía más difícil de conservar…. hasta que comenzaron los avances, EL avance, tenia que ser de Transformers, realmente alucinante, no creo que pueda perdérmelo, y curiosamente pienso lo mismo cada vez que estoy en esa situación: no puedo esperar para volver a ver otra película.
Tantos trágicos flashbacks de quienes sin querer me contaron los finales: ‘..da una pena cuando al final muere…’, ‘…me puse a llorar cuando ganaron’, ‘…y crei que si iban a quedarse juntos, snif’, ‘..y el tambien estaba muerto!’, ‘…pero continua no?’, no diré nombres pero saben quienes son… :E, bueno, justamente me hace pensar que no quiero echarles a perder la película, pero si les recomiendo X-Men Origins. Solo con los primeros minutos se ganó mi admiración. Y Hugh Jackman tiene una nueva fan, porque, hay que tener madera para crear un personaje así, a mi parecer todos estuvieron impecables, también Zero, a quien ya había visto como Henry en ‘Mi nombre es Kim Sam soon’ (a.k.a. Mi adorable Sam-soon). Pero si tuviera que resaltar la actuación de alguien seria la de Victor, el hermano de Logan, no digo mas :D, hay que verlo.
Se por las noticias, que la película filtró en Internet antes de su estreno, pero, como todos lo dicen, no es lo mismo, y no creo que ningún fanático de X-Men (aunque es una buena historia y la sigo, no me considero fan) perdería la oportunidad de verla en pantalla gigante, donde no te das cuenta si tocaron a la puerta, se activó la alarma del auto del vecino, o si tu mama te llama para preguntarte por qué el gato dicen Miau (o si el gato realmente dice Miau).

Esperemos la proxima semana, y si el viento sopla a favor … no iré a la misma taquilla.

martes, 5 de mayo de 2009

Mira donde te sientas

Las madres nos lo recuerdan todo el tiempo pero honestamente creo que nunca le preste atención a ese consejo…las consecuencias… imagínenselas.

Pero hoy algo me hizo recordar mis experiencias al respecto.
De las que no ha bloqueado del todo mi mente:
Cuando estudiaba, solíamos intentar llegar temprano a ciertas clases para poder sentarnos lo más lejos posible del escritorio del profesor. En los últimos ciclos se hizo una costumbre que una amiga y yo nos peleáramos los últimos lugares detrás de otra de mis queridas amigas, que siempre fue aplicada y se sentaba adelante (y nosotras detrás de ella). En una de esas amigables disputas, no me quedo sino tomar un asiento que estaba al lado, justo cuando entraba el profesor y mi única alternativa era sentarme. Fue entonces, muy muy pero muy tarde, que note que la base del asiento no tenía ninguno de los tornillos que debían asegurarla, y mientras iba sentándome, en cámara lenta para no llamar la atención del profesor, la base comenzó a deslizarse, o mejor dicho a deslizarme…. De haber sido yo mas devota practicante de los pasos de Barishnikov probablemente todo hubiera salido bien y me hubiera quedado en esa posición sin que nadie nunca lo notara, pero por tratarse de mí, por supuesto, tenía que suceder todo lo contrario.
La caída no fue aparatosa y rápida, sino todo lo contrario. Según lo que me comentaron luego, pareció una distorsión en la continuidad tiempo-espacio, ya que vieron a alguien cayendo... en cámara lenta, y luego levantandose rapidamente. Ese pequeño trauma no los hizo reaccionar como debían, mejor dicho, no sabían exactamente si realmente me había caído o había intentado recoger mi lápiz del piso con cero coordinación motriz.
La próxima vez que mi asiento me dio problemas fue en mi primer día en un nuevo trabajo, donde había tanta gente en la misma oficina, y a falta de ‘ubicaciones’ decentes, me había colocado con un asiento en dirección a la puerta y el resto de escritorios orientados hacia mí. Tenia que comportarme lo mejor posible, esa era mi intención, pero el escritorio, que no era precisamente un escritorio sino mas bien un archivador con una silla en frente, no tenia lugar para poner nada encima (véase propaganda de San Ignacio ‘Practicando’, pero eso paso 10 años antes).
No recuerdo exactamente en que momento lo note, pero fue un frío extraño el que comenzó a recorrerme y comencé a preguntarme si acaso la humedad del ambiente podía afectar solo en ‘ciertas zonas’. Luego recordé, que, a falta de espacio en mi ‘escritorio’ había colocado una botellita de Coca Cola en la parte posterior de mi asiento y por supuesto, me había olvidado que estaba allí… hasta el conocido escalofrío que me recorrió, no tanto por el liquido, sino al pensar, que alguien pudiera llamarme y era obvio que se notaria el cambio de color en cierta área de mi ropa… peor aun, que pudieran llegar a pensar que una Coca Cola podía ser la mala excusa que ocultaba mi nerviosismo.
He mencionado que el 90% de la población de esa oficina eran caballeros? (bueno, no exageremos) y que esa era sin dudas una gran primera impresión.
Recuerdo también lo desapercibida que intente pasar, cuando el chorrito de Coca Cola comenzó a llegar al piso y yo intente secarlo descuidadamente con una servilleta, al tiempo que rellenaba mi asiento con todo el papel desechable que podía encontrar en mi maletín, con mucha gracia (fingida) por supuesto.
No recuerdo exactamente que paso después, se que no me puse de pie el resto del día pero si no me equivoco alguien me ayudo con un poco mas de papel…. Gracias, quien quiera que haya sido, ya no te recuerdo porque mi cerebro ha bloqueado esa mala experiencia, lo que no ha bloqueado es mi adicción a la Coca Cola.
El último (espero) y mas reciente suceso aconteció hoy, resultado de complacerme un antojo: almorzar un cheesecake de lúcuma cubierto con chispitas de chocolate, que intente degustar en la oficina mientras todos habían salido a almorzar. Lamentablemente quien atendió mi pedido no creyó que yo necesitara una cucharita para ello, así que la obvio. Resultado: estuve mirando mi cheesecake por largo tiempo sin atreverme a entrar a la cocina en busca de la cucharita (porque en ese momento todos almorzaban y no quería incomodarlos). Finalmente me decidí a probar algunas de las chispitas que venían encima (chispitas, ahora me explico porque las llaman asi), no había daño en eso, me pareció…
No me pareció lo mismo un par de horas después, mientras me cepillaba los dientes, cuando una de las chicas que entró, me pregunto si no me había manchado el pantalón con algo (ella penso en algo peor pero intento no ser muy especifica). Revisión de por medio y note que tenia pequeñas grandes manchitas marrones esparcidas por parte cierta zona de mi pantalón (no en la sección que yo pueda ver fácilmente). Efectivamente, chocolate. Luego yo inocentemente me pregunto porque mi vecino de escritorio me miró extraño, más que extraño, cuando volví a mi lugar y vi unas manchitas marrones, ya no esparcidas, mas bien agrupadas en mi asiento (para que especificar?) y que no lucían precisamente a chocolate.

Donde esta mi bloqueo mental cuando lo necesito?! mejor aun, donde esta el bloque mental de los demas cuando yo lo necesito??