miércoles, 3 de junio de 2009

Seven Flor

Recordando ayer, un sombrío día de invierno (mas no triste), el como acostumbrábamos buscar, mas que el sol, un poco de distracción y aire puro fuera de la ciudad, vino a mi mente el recuerdo de uno de aquellos viajes a Lunahuana, en Ica, destino más que conocido, sobre todo en temporada de fiestas. Fue un viaje muy tranquilo, la intención fue acampar al aire libre, pero, a falta de espacio, acampamos en el jardín de una casa/restaurant, mucho más seguro, tranquilo e igual de divertido (creo).
Como yo soy más camping girl que party girl, me encantó la idea de conocer los alrededores, y así nos aventuramos a visitar una población cercana en busca de caballos para dar un paseo. Lamentablemente al llegar al lugar indicado nos informaron que acababan de salir todos de paseo (los caballos también tienen derecho) y que volverían en un par de horas…
Un poco decepcionados (o creo que solo yo), mi amiga, y dos amigos mas, comenzamos a caminar de regreso a nuestro improvisado hotel. El camino era, rural como era de esperarse, y daba, hacia un lado para algunas casas típicas del lugar, y para el otro, con sus tierras de cultivo y/o algunos viveros.
El más joven de nosotros (casi o eterno adolescente), a quien precisamente esta naturaleza rural no le llamaba mucho la atención e intentaba convencernos de ir a alguna discoteca esa noche (‘porque sino no tiene sentido!’), de pronto se detuvo a un lado del camino y exclamo:
‘Manya – En Inglés’ y nos mostró un letrero que aparecía en medio de la maleza de un grupo de arbustos y que dirigía a un caminito un poco mas profundo…

Seven
Flor

- Será una discoteca? – se preguntó él, bastante emocionado de encontrar alguien que hablara su idioma
- Entonces se han olvidado una 'o' – pensamos los demás

Mi amigo miraba alrededor pensando en donde podían ocultar un edificio de siete pisos en esa zona, pero los demás nos quedamos observando un poco más el aviso, cuyo contenido, como debió leerse, permanecía oculto por algunas ramas, que el viento se encargaba de vez en cuando de apartar…

Sevende
Flores

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