sábado, 10 de diciembre de 2011

Back to blog


No me había dado cuenta cuantos relojes había fotografiado hasta que comencé a buscarlos. Pero este es el primero, de hace ya varios años cuando todavía usaba película y mi cámara pesaba cuatro kilos: el Parque Universitario de Lima.
Esta foto también me recuerda los lugares inspiradores que esconde Lima a plena vista. Claro que difíciles de retratar sin guardaespaldas.






El que viene porsupuesto no podia ser menos que el emblemático reloj de Grand Central, demasiado fotografiado para su gusto.
Lo curioso es que pese a verlo tan seguido lo mas probable es que nunca me fijara en la hora, pero al entrar a la estación es seguramente lo que mas llama la atención.








Y si no me equivoco esta es la Quinta Avenida a.k.a. 5th Avenue. Esta foto está patrocinada por el mejor paraguas encontrado en NY, bueno, al menos el mejor que yo pude encontrar y que tenia garantía de por vida, porque de otro modo no habría podido tomar la foto sin arruinar el cell. Exagerando porque ya estaba dejando de llover.
Hay algo de poético en aquella forma de llover, no se puede sino disfrutarla, exprimirte luego las medias pero, disfrutarla.








Y el último reloj de esta colección estaba situado en Times Square, en la cima del Hard Rock Cafe, pero definitivamente desde abajo no lo había apreciado tanto, o nada para ser sincera. Es uno de los recuerdos mas preciados que tengo de New York, no solamente por lo que inspira sino por todas las personas a las que me recuerda.






Este año no los veré pero yo se que no se van a ningún lado, y cuando el tiempo sea apropiado estaré nuevamente acosándolos misma paparazzi.

Mientras tanto todos ellos me siguen recordando que el tiempo sigue su curso, y si es verdad que todo tiene un momento, ya es hora de comenzar nuevos proyectos, de replantear los pendientes, de asumir retos y responsabilidades, de sonreír un poco, de olvidar los comentarios que no valen la pena (no de aquí, aquí no hay discriminación, bueno, PG por favor), de dejar las comparaciones sin sentido, de aprender a respetar las decisiones de los demás y de paso aprender a defender las mías sin ofender ni hacer sentir mal a nadie, de valorar las cosas importantes, las cualidades importantes, pero sobre todo y todo, de hacer las cosas bien, cueste lo que cueste.

Lo ideal sería un buen psicólogo, y no, aun no lo tengo, pero mientras tanto este blog ha sido tan gentil de no caerse y seguir en su heroica labor de servirme de catarsis.


I'll be back...


P.D. Aprender un poco de redacción tampoco cae mal